En algún momento vimos esta oportunidad tan utópica que muchas veces optamos por decaer, por dejar todo a un lado y simplemente seguir con nuestra cotidianidad de la escuela de 7 a 4.  Ese sudor frío que pasamos al presentarse la primavera fue la prueba nata. La inmensa felicidad que tuvimos al pasar el primer filtro, la frustración de la segunda prueba y el nudo en la garganta minutos antes de anunciar los beneficiados o ganadores como muchos nos llamaron. Fueron los síntomas que nos comunicaban que una gran experiencia venía en camino y efectivamente, así fue.
Somos Cristian Torres y César Melo, actualmente en grado undécimo y décimo del Gimnasio Sabio Caldas y lo único que podemos decir es que esta experiencia y oportunidad fue única. De antemano, agradecemos personalmente al Gimnasio Moderno por permitirle a una institución como lo es el Sabio, el colegio de la Casita Azul, esta oportunidad tan grande, y no lo hacemos solamente en nombre de nosotros, lo hacemos en nombre de antiguos estudiantes quienes fueron partícipes de este proyecto y en nombre de la esperanza de unos a futuro.

Fue duro el cambio y el choque de cultura al que nos vimos enfrentados, sin embargo, la experiencia fue indescriptible, una sensación de sentimientos irreconocibles que nos dejaron un aprendizaje enorme y no solamente a nivel de un idioma que trasciende fronteras.

Podríamos ocupar páginas enteras hablando de las experiencias, contándoles anécdotas de cómo nos fue, pero, lo tornaríamos extenso y algo aburrido. Básicamente, como ya lo mencionamos, la experiencia fue única, el cambio radical, desde el clima, la cultura,  el idioma, la alimentación, el inmenso choque de despertar con un starbucks o un tims en lugar de un Nescafé o un Águila Roja, el llegar a casa y ver a uno de tus familiares con un suculento plato de comida al ver a unos completos extraños que terminarás amando como si los conocieras de años, la ausencia de tus amigos de la escuela y enfrentarte a un nuevo mundo en el que no conoces a nadie y sumándole a esto, hablar un idioma totalmente diferente al tuyo.

El extrañar nuestras raíces colombianas y esa inmensa felicidad de estar en un nuevo país fueron dos sentimientos constantes a lo largo de esta experiencia. La adrenalina tan grande que sentimos al bajarnos de ese avión, pensando en ¿Un abrazo?… ¡No!, muy atrevido… ¿Un simple hi?… ¡No!, muy indiferente… ¿Un estrujón de manos? Tal vez… Pasamos casi una hora pensando qué hacer y en conclusión, no recordamos que pasó.

Hay momentos y oportunidades que solo se toman una vez en la vida, esas oportunidades acarrean nuevas experiencias, retos, aprendizajes y recuerdos inolvidables. Y una de esas experiencias fue Canadá, país de oportunidades y aire puro, de cultura y crecimiento, de naturaleza y modernidad, de flora y fauna, de amistades y amoríos y sobre todo, de enseñanza pura.