DE DANTE A DYLAN: CREAR INFIERNOS, VIVIR EN ELLOS

El Sabio estuvo ahí, en el 11 festival “Las Líneas de su mano” organizado por el Gimnasio Moderno. Entre otras cosas, fuimos cómplices de la ruptura entre el adulto y el niño en el poeta. Reconocimos influencias del cine y la literatura en poetas que se formaron a la intemperie de los sueños, que naufragaron con sus letras hasta llegar a la isla del libro, de ver su obra poética culminada. Sus familias, bibliotecas, amores, Caicedo y Mutis, Cali e Ibagué.

Descendimos al infierno de Dante para comprender la obra del italiano que supo crear un nuevo código para la lengua italiana. Preguntamos por el fascismo y Dante; Passolini y Dante; queríamos saber sobre el Dante y el fútbol, pero nos faltó pudor. ¿Dante inventó el infierno? Decía un gimnasiano desprevenido, asombrado; como si hubiese sido testigo de un plagio de Dios o del gran invento cristiano.

Mientras dejábamos Florencia, y la Edad Media; llegábamos a Montevideo para entender por qué la vigencia de Benedetti, un poeta envidiado y odiado por propios y extraños. Descubrimos que a los poetas españoles los marcó la generación del 27, que Lorca sigue vivo y recorre pasadizos secretos de la memoria. Que Joaquín Sabina llena estadios y compone en Praga. Que la música y la poesía son hermanas que suelen coincidir en algunos aspectos de la vida pero que, sobre todo en nuestros días, no se soportan demasiado tiempo.

Dylan y su gran faceta de poeta. Cohen lo merecía más. Qué más da. Lo importante es que los gimnasianos presenciamos discusiones acerca de la vida, acerca de la poesía; porque eso nos quedó claro mientras debatíamos al final de cada charla entre profesores y estudiantes; la poesía palpita en la calle, se mueve por los parques, recorre el cielo y se instala en el banco de la calle y en el sonido del claxon. Sí, tanto Dante como Dylan tienen más que la primera letra de su nombre en común; uno intentó revolucionar la poesía: lo hizo, creó hasta un infierno para nosotros; el otro, intentó transitar por ese infierno, acompañado de su guitarra y lo convirtió en canto, sudor y letra.

Renzo Cantor

Docente de español